Carlos Alberto Urquiola Sánchez, joven Barines, se inició desde muy niño en el aprendizaje de la música, en la escuela «Federico Villena» de Maracay.
A la edad de 7 años ya había ingresado a la Orquesta Sinfónica Infantil de Barinas, como ejecutante de la viola, iniciando sus estudios de teoría y solfeo, con el profesor Baltasar Betancourt.
Inquieto por naturaleza, con apenas 9 años, inició una serie de giras por todo el país como integrante de la Orquesta Infantil Venezuela, allí tuvo la oportunidad de hacer fusiones de lo clásico con la música venezolana, lo que le permitió casi recién cumplido los 14 años debutar como solista en un concierto inolvidable donde los artistas principales eran el gran Coquivacoa y Luis Silva.
Integrante del Orfeón de la Unillez, y de la Coral de la Universidad del Táchira, donde cursó Comunicación Social, Carlos logra en el año 2005 otro de sus grandes sueños, grabar su primer trabajo discográfico como cantante, este que con legitimo orgullo y con el apoyo de Sonografica, pone a la consideración de los amantes de la música venezolana.
Un trabajo de profundo contenido, en donde el amor está presente como elemento importante de la creación.
Carlos Urquiola, quien es casi abogado, viene desde niño construyendo su propia historia, aspira la gloria y va en busca de ella,… que así sea.